25/10/2016 8:42:00
La animadora recordó cómo fue empezar en el matinal de TVN hace cinco años con Felipe Camiroaga. Llegar en reemplazo de una querida Katherine Salosny repercutió en ella psicológicamente por el bullying que recibió.
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Ver a Carolina de Moras en la televisión es ver a una mujer confiada, segura y con un gran desplante. Muy diferente a cómo comenzó. La modelo de 1.75 no lo pasó nada de bien cuando llegó a la pantalla chica para coanimar el matinal de TVN "Buenos días a todos" con Felipe Camiroaga hace cinco años atrás. Sin experiencia en el área, dijo que el trabajo se lo habían ofrecido y que nunca ella llegó golpeando las puertas para pedir que sacaran a alguien y así comenzar una carrera televisiva. De Moras llegó tras la salida de Katherine Salosny, quien ahora anima Mucho Gusto. Fue en ese momento en que aprendió de golpe lo que significó la cosificación de la mujer en la televisión. "Los medios hacen una transiciones bien peligrosas (...) Había una decisión tomada y me ofrecieron algo para lo que dije que no estaba lista", dijo en entrevista con la revista Ya. La hoy animadora de la Mañana de Chilevisión dijo que había llegado en medio del debate cuano se discutía que las mujeres en la tv no cumplían con un estándar de juventud. "Me gritaron cosas en la calle, hubo pifias en eventos como la Teletón. A Felipe Camiroaga también le tocó durisimo. No fue fácil salir de ahí, me lo lloré, me lo sufrí, me dolía mucho por mi familia, porque ellos no entendían nada". Agregó que en ese tiempo justo su padre estaba muriendo de cáncer y que lo veía muy afectado por cómo a De Moras la trataban. "Era una violencia del alma, más psicológica, porque es una violencia que te inseguriza como persona, te hace cuestionarte quién eres en realidad". Con el paso del tiempo finalmente comprendió que ella "no era la manzana podrida del canasto. Agradezco haber vivido todo esto, fue duro pero me permitió entender el medio más rápido". Poco tiempo después de encontrar el equilibrio, el duelo por la muerte de su papá se extendería por los cinco integrantes del equipo que murieron en el accidente de Juan Fernández. En ese momento De Moras se alejó de todo y decidió sanarse. "Era mucho el dolor, demasiado".
La animadora recordó cómo fue empezar en el matinal de TVN hace cinco años con Felipe Camiroaga. Llegar en reemplazo de una querida Katherine Salosny repercutió en ella psicológicamente por el bullying que recibió.

Ver a Carolina de Moras en la televisión es ver a una mujer confiada, segura y con un gran desplante. Muy diferente a cómo comenzó. La modelo de 1.75 no lo pasó nada de bien cuando llegó a la pantalla chica para coanimar el matinal de TVN "Buenos días a todos" con Felipe Camiroaga hace cinco años atrás. Sin experiencia en el área, dijo que el trabajo se lo habían ofrecido y que nunca ella llegó golpeando las puertas para pedir que sacaran a alguien y así comenzar una carrera televisiva. De Moras llegó tras la salida de Katherine Salosny, quien ahora anima Mucho Gusto. Fue en ese momento en que aprendió de golpe lo que significó la cosificación de la mujer en la televisión. "Los medios hacen una transiciones bien peligrosas (...) Había una decisión tomada y me ofrecieron algo para lo que dije que no estaba lista", dijo en entrevista con la revista Ya. La hoy animadora de la Mañana de Chilevisión dijo que había llegado en medio del debate cuano se discutía que las mujeres en la tv no cumplían con un estándar de juventud. "Me gritaron cosas en la calle, hubo pifias en eventos como la Teletón. A Felipe Camiroaga también le tocó durisimo. No fue fácil salir de ahí, me lo lloré, me lo sufrí, me dolía mucho por mi familia, porque ellos no entendían nada". Agregó que en ese tiempo justo su padre estaba muriendo de cáncer y que lo veía muy afectado por cómo a De Moras la trataban. "Era una violencia del alma, más psicológica, porque es una violencia que te inseguriza como persona, te hace cuestionarte quién eres en realidad". Con el paso del tiempo finalmente comprendió que ella "no era la manzana podrida del canasto. Agradezco haber vivido todo esto, fue duro pero me permitió entender el medio más rápido". Poco tiempo después de encontrar el equilibrio, el duelo por la muerte de su papá se extendería por los cinco integrantes del equipo que murieron en el accidente de Juan Fernández. En ese momento De Moras se alejó de todo y decidió sanarse. "Era mucho el dolor, demasiado".